domingo, 27 de enero de 2013

Presentación

Presentación

Para los que estamos sumergidos en el estudio e investigación del trasfondo que mueve los hilos sutiles del proceso de nuestra Humanidad terrena, es de gran satisfacción el conocer que por fin pueda disponerse en habla hispana de la historia de Anita Moorjani, por cuanto la misma aporta un conocimiento más allá de lo que toda Ciencia tiene en sus posibilidades ofrecernos de la realidad vivencial en la que estamos inmersos.

El propio lenguaje de Anita, con una dialéctica sencilla, surgida desde el sentir natural que guía el recuerdo de sus vivencias, hace muy asequible el entendimiento de cuanto trata de transmitirnos en este tan preciado libro.

Anita nos cuenta en su libro cómo fue dando lugar en su organismo a un proceso de cáncer (Linfoma de Hodgkin) que le condujo a una degradación casi completa de aquel, en cuyo proceso final pasó por una experiencia cercana a la muerte (ECM), de la que nos informa con detalles lo vivenciado en ese "otro plano" y cómo esto le sirve para retornar a su cuerpo y llevar a éste a una recuperación fuera de todo lo que se podría esperar de su situación.

En esa ECM percibió algunos aspectos de lo que podría ser su vida futura, comprendiendo que una de las razones por las que decidió regresar a su vida en el cuerpo fue por el aporte que significaría a nivel humano el dar a conocer su experiencia en tal estado, y que esta labor no requeriría de hacer nada especial, sino ser sólo ella misma y permitir ser instrumento para aquello que tuviera que suceder a su través.

Comienza la historia con su niñez y el marco social donde la desarrolla, mezcla de oriente y occidente, donde convergían diversas culturas y religiones, con creencias a veces contradictorias, y en la que en ocasiones tiene que negarse a sí misma para no contradecir  las expectativas que sobre ella sus padres esperaban desde su tradición hinduista, sintiendo que no tendría la oportunidad de cumplir ninguno de sus sueños, esperanzas y deseos. Al mismo tiempo, se sentía marginada por sus compañeros de escuela al ser su región colonia británica, hasta el punto de que en ocasiones se hacía las siguientes preguntas: "¿Por qué soy siempre la diferente dondequiera que vaya? ¿A dónde pertenezco?  ¿Por qué siento que no pertenezco a ningún lugar?". O bien esto otro ante situaciones familiares: "¿Por qué estoy siempre disculpándome? ¿Por qué tengo que disculparme sólo por ser yo?".

En el verano de 2001 se entera de que una amiga ha sido diagnosticada de cáncer, y dos meses más tarde ocurre otro tanto a un cuñado de su marido.  A partir de entonces y tras lo que fue en su inicio una búsqueda de conocimientos sobre el cáncer para poder ayudar a su amiga, mientras más leía sobre ello más miedo fue desarrollando sobre todo lo que pudiera causarlo.  Hasta el punto de que creía que todo producía cáncer, por lo que empezó a tenerle miedo a la vida misma.

El 26 de abril del siguiente año, 2002, en que acudió a una consulta médica para saber del diagnóstico de una protuberancia surgida en su hombro derecho,  le fue informado de lo siguiente: “Usted tiene un linfoma lo cual es una forma de cáncer del sistema linfático”. A partir de entonces comenzó un amplio peregrinaje en busca de criterios de salud donde encontrar ayuda, incluyendo terapias orientales y muy diferentes modalidades de sanación, e incluso viajando a la India por un periodo de 6 meses donde pareció que había recuperado la salud.

Mas cuando regresó a casa su contento duró poco. Al contar a aquellos que querían saber de su estado lo que había hecho en la India, comenzaron a manifestar su desconfianza y a sumergirla en un mar de dudas, sembrando de nuevo el miedo en su interior. En tal situación, recurrió a terapias alternativas de occidente, donde percibiría contradicciones entre unas y otras, y esto no solamente aumentó su confusión sino sus miedos, y su salud se deterioró rápidamente.

Por su tradición hinduista creía en el karma, creyendo ser merecedora de tal situación, y ante tal idea se percibía impotente. De esta forma se sintió encerrada en su propia jaula de temor y desesperación, donde su salud se deterioraba por día, hasta que la mañana del 2 de febrero de 20006 tuvo que ser llevada rápidamente al hospital, donde comenzó todo el proceso en el cual surge su ECM, y del cual ella extrae como lo más esencial la importancia de tratar de percibir nuestra magnificencia, la que trasciende todos nuestros condicionantes generadores de sufrimientos y limitaciones de la felicidad que ansiamos.

Angel Baña

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